Mes de Danza 19 llega a los espacios escénicos después de un brillante arranque de esta decimonovena edición con la programación en espacios singulares. Convertido en todo un referente en el ámbito cultural en Sevilla, casi es difícil concebir el mes de noviembre sin nuestras calles y teatros inundados de danza. En este seguimiento especial que estamos haciendo de esta edición desde ElClubExpress.com, hemos querido ponernos un poco nostálgicos y echar la vista atrás para recordar con su directora, María González, el camino recorrido hasta llegar aquí.
Texto: Gloria Díaz
Un festival en la ciudad de Sevilla que cumple su decimonovena edición y cuya temática es, además, la danza contemporánea. Parecen piezas difíciles de encajar, pero es el fantástico puzle que Mes de Danza ha conseguido armar con un trabajo minucioso y constante. Desde 1994, paso a paso, se ha ido construyendo un proyecto que ha ido creciendo, evolucionando y consiguiendo hito tas hito.
Intentando trazar en una línea del tiempo la evolución del festival en estos años, su directora María González es capaz de identificar fácilmente los grandes momentos que han ido construyendo lo que es hoy Mes de Danza: “dejar de programar exclusivamente en la antigua Sala La Imperdible para abrirse a nuevos espacios de exhibición; comenzar a programar en espacios singulares además de en los convencionales; plantear extensiones en otros puntos de Andalucía; consolidar Cádiz como una extensión estable y fomentar las actividades paralelas como una seña de identidad más de Mes de Danza“. Todo ello sin contar con la aportación al fomento del tejido creativo en Andalucía, pero de eso hablaremos más adelante.
Diecinueve años abriéndose camino, diecinueve años que dan bastante vértigo: “Desde el punto de vista personal, salvando las distancias, esto es como una especie de hijo, que lo ves crecer y que te remite a tu propio paso del tiempo. Creces, maduras y envejeces al lado de un mismo proyecto”. En todo este tiempo ha habido muchas crisis pero nadie quiere (o puede) creer a María González cuando casi cada edición anuncia a su equipo que probablemente será la última. Pero ella también tiene los pies en la tierra y sabe que la mayoría de las veces no se habla de cancelar el Festival, sino más bien de reinventarlo, de reorientarlo para contextualizarlo en la situación social, cultural y del sector profesional de cada momento. Siempre está sobre la mesa la reflexión básica de si es el modelo necesario en el contexto actual. Es la búsqueda constante de nuevos retos y nuevas motivaciones para impulsar a todo el equipo y a ella misma a seguir adelante.
Mes de Danza es una entidad viva, que crece, se expande, evoluciona y deja un recuerdo perdurable en la memoria colectiva y en la memoria individual (que precisamente están construyendo en su web desde hace dos años con las aportaciones del público y de los profesionales). María González tiene algunas imágenes grabadas en la retina, pequeñas pinceladas especiales en estos años: “el espectáculo de Juschka Weigel en el que durante dos horas bailaba desnuda sobre un lienzo simulado en la entrada del edificio San Luis; también en San Luis, pero en el patio, Pascale Gille presentó un bonito espectáculo en el que el público sentado en unas plataformas se iba moviendo; el grupo brasileño de hip-hop Membros; los documentales Un siglo de danza… A veces trabajas tanto en la urgencia que no eres consciente de todo lo que ha generado, de todo lo que ha mostrado este proyecto”.
Pero aunque aquí María González se alce como portavoz y alma de Mes de Danza, también insiste siempre en dejar muy claro que el festival es una realidad gracias a un trabajo de equipo, con el (gracias al) que ha recorrido este camino.Fernando Lima, Alysson Maia, Salud López… Y su equipo actual con Ángeles Roquero, La Buena Estrella, la Agencia Sopa, Moriche y Vinuesa, Luis Castilla, La Suite… Mucha gente, muchos esfuerzos que hacen posible año a año una nueva edición.
En definitiva, el agradecimiento al Mes de Danzaen su labor de difusión y fomento de la danza contemporánea en Andalucía debe ser manifiesto y explícito porque es mucho lo conseguido. Sin duda, y como apuntábamos al principio, su aportación a la creación de un tejido profesional consolidado en el mundo de la danza en Andalucía ha sido enorme, casi fundamental. “Cuando Mes de Danza comenzó -nos cuenta María- había que trabajar muy duro y luchar mucho para conseguir un equilibrio entre otorgar un lugar a la creación emergente en Andalucía, que aún era muy frágil y que, quizás, no tenía la calidad esperada para esta muestra, y satisfacer las expectativas del público. Eso es un problema que ya no existe porque ahora mismo los coreógrafos y bailarines andaluces están desarrollando un trabajo muy, muy interesante”. En estos diecinueve años, por ejemplo, se da ya la circunstancia de que hay bailarines y creadores que ya han tenido al Mes de Danza como parte de su formación. Si a esto le sumamos su integración como parte del imaginario cultural de la ciudad; el reconocimiento oficial con premios como el Premio de la Crítica de la XII Edición de los Premios MAX de las Artes Escénicas 2009 y el Premio El Público 2006 de la Radio Televisión Andaluza a la Institución Cultural; y un crecimiento exponencial del público edición a edición, el resultado es espectacular.
Mucho trabajo, mucho esfuerzo, muchos sofocones, pero muchas alegrías y muchas satisfacciones. Es Mes de Danza. Cita indiscutible año a año, esperemos que María González no llegue a estar nunca en lo cierto y tengamos que afrontar una última edición.